Hoy en día, el área de Responsabilidad Social Corporati- va (RSC) desempeña un papel relevante e innovador en
el mundo de las organizaciones, no solo en las entidades
lucrativas sino también en las gubernamentales, asocia- ciones y cooperativas. Cada día son más los agentes que
gestionan y se preocupan por un cambio de clima organi- zacional con la finalidad de implementar la RSC y de in- tegrarla como parte de su estrategia central, apegándose
a normas y estándares internacionales como son la ISO
26000, SA8000 y AA1000. Esta última, conocida como
“Accountability 1000”, busca garantizar la calidad de las
rendiciones de cuentas, evaluaciones y divulgación sobre
aspectos sociales y éticos de la gestión empresarial, brin- da las herramientas para la comunicación y se ocupa del
modo en que una empresa debe estructurar sus sistemas
de comunicación, así como el modo en que estos siste- mas se relacionan con los valores, objetivos y metas de
la organización.
El Centro Mexicano Para la Filantropía (CEMEFI) define
como empresa socialmente responsable a aquella que
se ocupa de que sus operaciones sean sustentables en el
aspecto económico, social y ambiental, reconociendo los
intereses de diversos grupos con los que se relaciona y
buscando la preservación del medio ambiente y la sustentabilidad
de las generaciones futuras.
En México, uno de los principales avances en el tema
es haber logrado el consenso de los principales organismos
empresariales y de responsabilidad social
sobre un concepto y un marco ideológico común. Es
así como se crea “La Alianza por la Responsabilidad
Social Empresarial en México” (AliaRSE), la cual agrupa
a 19 organizaciones con importantes antecedentes
de trabajo en la promoción de la RSC, cuyo objetivo
pretende lograr que la empresa sea y se perciba como
creadora de valor y generadora de un bienestar que
promueva el bien común, por medio del ejercicio de
su responsabilidad social, apalancando, coordinando
y facilitando la sinergia de los esfuerzos en beneficio
del país.
Uno de los principios elementales de la RSC son la honestidad
y legalidad, lo que significa que todas las operaciones
en materia de responsabilidad social que la
empresa implemente deben estar registradas oportuna y correctamente en su contabilidad y declararse en sus in- formes anuales y memorias de sustentabilidad. A partir
de esto se deriva un término novedoso: la contabilidad
medioambiental o contabilidad verde o ecológica, la cual
determina la cuenta de “utilidad” o “pérdida” más allá de
un ámbito puramente monetario.
Un sistema de contabilidad medioambiental se compone
de una cuenta ecológica y de una cuenta convencional
adaptada, misma que mide los impactos sobre
el medio ambiente en términos monetarios, mientras
que la cuenta ecológica mide el impacto que una empresa
tiene en el medio ambiente en términos físicos
(kilogramos de residuos producidos, kilojulios de energía
consumida, etc.), e identifica el uso de recursos, su
impacto y sus costos, como pueden ser la limpieza de
lugares contaminados, multas de carácter medioambiental,
impuestos, compra de tecnología verde y algún
tratamiento de residuos.
Así como toda organización tiene las cinco cuentas
básicas dentro de su catálogo, la contabilidad ambiental
también las maneja, pero a manera de subcuentas,
por ejemplo, “activos fijos medioambientales”
o “patrimonios medioambientales”. Los costos
y gastos medioambientales representan una impor- tante partida, pues señalan objetivamente si forma
parte del producto o servicio y qué recursos tienen
relación directa e implicaciones medioambientales,
como lo pueden ser un pago de la compra de servicios
relacionados con la protección medioambiental,
gastos de personal asociados en actividades de
investigación y desarrollo con el medio ambientales
y pagos realizados por multas o sanciones por personal
encargado del cumplimiento de legislaciones
especializadas.
Para presentar la información relacionada con la
RSC, se incorpora a los estados financieros tomando
en cuenta las políticas contables utilizadas según se
establece en las NIIF. La información medioambiental
que sea objeto de publicación debe estar ubicada
en los distintos documentos que utiliza el modelo
contable tradicional. En ellos se debe presentar información
con respecto al reconocimiento de los activos,
pasivos, capital, inversiones, contingencias, gastos e ingresos medioambientales mostrando de
forma clara y precisa el uso de los recursos que sean
financiados por la entidad o por tercera persona para
este tipo de actividades.
Para una correcta implementación y gestión de RSC en
la organización es primordial informar a los grupos
de interés sobre los resultados obtenidos en todas las
áreas, no solo en la financiera. Una institución independiente
que creó estándares y lineamientos para la
elaboración de memorias de sostenibilidad para compañías
que desean evaluar su desempeño económico,
ambiental y social es la “Global Reporting Initiative”
(GRI). El GRI es un centro oficial de colaboración del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y fue concebido con el fin de aumentar
la calidad de la elaboración de las memorias de sostenibilidad
hasta equipararlas con los informes financieros
en cuanto a comparabilidad, rigor, credibilidad, periodicidad
y verificabilidad; además, cuenta con la participación
activa de representantes de organizaciones de
derechos humanos, derechos laborales, investigación,
medioambientales, corporaciones, inversionistas y organizaciones
contables.
Un ejemplo de una empresa socialmente responsable es
Acciona,1
una de las principales corporaciones empresariales
españolas, líder en la promoción y gestión de
infraestructuras (construcción, industrial, agua y servicios)
y energías renovables.
La posibilidad de presentar la información contable en
los diferentes estados financieros les permite a las empresas
tener un mayor control de los recursos que se encuentran
a su disposición para el desarrollo de su negocio,
además de que propicia un mejor proceso de toma
de decisiones empresariales. La incorporación de nuevas
cuentas y subcuentas permitirá identificar de forma rápida
y precisa las variables medioambientales o sociales
de la empresa, lo que aporta un nuevo valor a la información
contable.
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